LOS MALES, SON EFECTOS DE LA LEY MENTAL.

Publicado en por SEICHO-NO-IE DE ESPAÑA

LOS MALES NO SON CASTIGOS DE DIOS, SON EFECTOS DE LA LEY MENTAL.

No debemos pensar que males como picadas de insectos o enfermedades sean castigos de Dios para corregirnos. TODO SUCEDE SEGÚN LA LEY MENTAL DE ATRACCIÓN DE LOS SEMEJANTES. La mente tiene la propiedad de concretar hechos de acuerdo con lo que se piensa.  Por eso, cuando alguien tiene malos pensamientos, no es Dios quien lo castiga, sino la propia mente de él/ella, que obedeciendo la ley mental, atrae y concreta en su cuerpo o en su vida algo que simboliza esos  malos pensamientos.  Como Seicho-No-Ie afirma que Dios jamás castiga, hay personas que, después de obtener beneficios, comienzan a actuar de forma egoísta e ingrata, sin el menor de los escrúpulos. Sin embargo, personas de ese tipo terminan atrayendo a su círculo solamente individuos de su misma especie, o sea, egoístas e interesados. Las personas ingratas atraen no solamente a personas ingratas, sino también “hechos ingratos”.  

¿Qué son hechos ingratos?

Son malos resultados que traicionan la expectativa de aquel que se esfuerza anhelando buenos resultados. Algunas personas, al ver que los resultados no corresponden al esfuerzo hecho, dicen: Seicho-No-Ie predica que se consigue infaliblemente aquello que se desea, desde que hay un empeño total y una convicción inquebrantable. Sin embargo, a pesar de mi empeño y convicción, he fracasado.

Obviamente, la convicción y el empeño son factores importantes para lograr un objetivo, pero no siempre son suficientes para alcanzar éxito, para lograr un resultado gratificante, es decir, para que el esfuerzo y la convicción  no sean traicionados, es necesario que la propia persona no traicione a los demás y que no sea ingrata ni en pensamiento ni en acción.

La ingratitud nace, generalmente, en el corazón de las persona ambiciosas que viven apegadas a los bienes materiales. “Sé agradecer”, piensan ellas y se consideran muy agradecidas. Pero, a la hora de retribuir, la sensación de que van a perder una parte de sus posesiones es mucho más fuerte, y entonces reconsideran la decisión y piensan: “voy a agradecer sólo de corazón”. Esa mezquindad hace que tales personas se aparten de aquellos a quienes deben favores, volviéndose consecuentemente ingratas. Algunas veces, ellas llegan a ser arrogantes en su ingratitud hacia aquellos que le ayudaron, y piensan que alcanzaron el éxito por mérito exclusivamente suyo. Cuando llegan a ese punto, se convencen también de que son profundas conocedoras de la  Verdad, practican la Meditación Shinsokan y trabajan con mucho empeño, pero terminan siempre atrayendo un resultado que traiciona sus expectativas. La mente que traiciona atrae siempre un resultado que traiciona su expectativa.

Como pueden ver, la Ley de atracción de los semejantes actúa de manera infalible. Mientras el ser humano no tenga la absoluta convicción de que LA MATERIA ES INEXISTENTE Y EL HOMBRE ES HIJO DE DIOS, la mente agresiva continuará atrayendo agresiones y la mente traidora continuará atrayendo traiciones. En realidad, cuando se despierta efectivamente a la Verdad de que EL HOMBRE ES HIJO DE DIOS, desaparecen tanto el pensamiento agresivo como el de traición. Los hechos fenoménicos no son existencias verdaderas, son tan sólo manifestaciones y símbolos de nuestro contenido mental; por eso, si analizamos el símbolo llamado enfermedad, llegaremos a su causa, que está en nuestra mente.

Sin embargo muchas personas no consiguen descifrar ese símbolo y llegar a la causa mental.

Un ex miembro de Seicho-No-Ie de Tokio sufría de hemorragia nasal con frecuencia y por eso buscó al fundador de la secta Hito-no-Michi para pedirle un “mensaje divino”. El mensaje recibido decía: Corrija el hábito de afligirse. Él agradeció el mensaje y decidió seguir el consejo fielmente; desde entonces, nunca más tuvo hemorragia nasal.

Posteriormente, sufrió excoriaciones en la rodilla, y además fue picado en un brazo por una abeja.  Entonces, nuevamente fue a consultar a la secta Hito-no-Michi solicitando un nuevo “mensaje divino” que esta vez decía: Usted se juzga superior y posee el hábito de criticar a los demás; Dios le está advirtiendo sobre eso. Impresionado con el mensaje –que describía con exactitud su temperamento – ese hombre se volvió seguidor de esa secta.

La hemorragia nasal simboliza la arrogancia de quien empina la nariz, deja la sangre subir a la cabeza y está siempre irritado por querer imponer su punto de vista sin conseguirlo.

La picadura de la abeja simboliza la mente que critica al prójimo, señalándole los defectos.

La herida en la rodilla es el resultado del “rodillazo mental” con que la persona acomete a los otros.

Picaduras y heridas son manifestaciones de la mente arrogante y agresiva. No hay que ser fundador de una secta para llegar a esas conclusiones; cualquier persona que conozca las leyes de la mente puede constatar eso.

Cuando una persona no consigue comprender la causa mental de una enfermedad basta que practique la Meditación Shinsokan y pida la orientación de Dios en una actitud de entrega total a Él, así un mensaje divino aflorará en su mente.

(…)

En Seicho-No-Ie todos los practicantes, seguidores y simpatizantes adquieren la misma capacidad del fundador de Hito-no-Michi, pues conocen las leyes de la mente y consiguen localizar sus actitudes mentales erróneas.

Si tienen el sincero deseo de corregirse, basta que lean asiduamente los libros de La Verdad de la Vida y practiquen la Meditación Shinsokan con seriedad, que su mente se corregirá de manera natural. (Vol. 18 de La Verdad de la Vida)

Libro: La Humanidad es Exenta de Pecado (Masaharu Taniguchi, recopilación de Kamino Kusumoto, editado por Seicho-No-Ie do Brasil en español)

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